Blanc de blaus» se titula este trabajo. Un juego de palabras que traducido seria «Blanco de azules». Antiguamente, el claustro era un lugar de paso a las diferentes estancias, pero también un lugar de encuentro, un lugar de reflexión,  meditación o lectura.  Pero hoy, al entrar nos encontramos con que el mar ha invadido este claustro, dándole un aire fresco, profundo, y ofreciéndonos un contraste sorprendente entre las viejas piedras desgastadas y un azul intenso combinado con el banco deslumbrante de las flores: ¡impactante!

Una gran alfombra azul eléctrico recorre todo el claustro, subiendo por columnas y escaleras, como un mar embravecido inundando todos los rincones, y flores blancas que se desparraman cual crestas y espuma de las olas, ¿un homenaje al mar Mediterráneo? No lo sé, sus autores no nos lo explican, por lo tanto, podemos echar a volar nuestra imaginación y dejarnos llevar por nuestros sentidos.

Rosas, phalenopsis, dendrobiums, hortensias y claveles, todos blancos, y sus acompañantes verdes, como no, construyendo cascadas florales, fuentes de las que no brota agua, sino flores;  delicados centros en las tumbas, y jarrones para los murales…. buff, me maravilla la imaginación y la realización de estos trabajos. 

Pero también hay lugar para una crítica: un trabajo tan espectacular, tanto tiempo invertido, tanto esfuerzo,… no se puede estropear un trabajo así con una flor que no sea perfecta: miles de personas ven estos trabajos y la mala calidad de la flor puede echar por tierra tanto esfuerzo. Seguramente sus autores no vieron lo que pasaba con los claveles dos días después (cosa que también vimos en otros trabajos) , pero el aspecto de estos claveles  afeaba el conjunto  y desprestigiaba el arte floral en general. Una lástima, ¿no creéis?

Participantes: Dirección: Jordi Albà. Col·laboradores: Titon Agüi, Anna Manrique, Marta Poch, Laura de la Vega, Montse Garcia, Carme Piferrer, MÀngels Serrats, M. Carmen Santed, Euken Ledesma, Ricard Martínez, Narcís Semi, personal de les oficinas del BBVA .