Tenemos un magnolio en el jardín. Le solemos llamar Peter Pan, porque, como él, nuestro magnolio no quiere crecer. Lleva muchos años en nuestro jardín, más de 30 años, creo, pero se empeña en no querer hacerse adulto. Tampoco se le puede recriminar mucho, a veces a
mí también me gustaria ser Peter Pan, ser eternamente niña, con esa inocencia y esa bondad natural que a menudo perdemos con la edad.
Llevo días esperando a que nuestro eterno niño se decida a abrir sus flores (pocas, eso sí). Durante la semana abrieron un par de ellas, pero con el ajetreo del trabajo no pude disfrutarlas. Por suerte ayer Sábado vi que cuatro de ellas estaban a punto, así que me dije «mañana sois mías». Y esta mañana lo primero que hice al levantarme fue prepararme un té, coger la cámara y una silla y dirigirme al magnolio caprichoso, dispuesta a disfrutar de su vista y su fragancia (su sombra no, porque yo hago más sombra que él 😉 Y ahí estaban ellas, …
Pero al llegar he visto que no era la primera en ir a ver y sentir el perfume de las magnolias. Unas laboriosas abejas habian madrugado más que yo, así que hemos compartido desayuno y fragancia.
Y allí sentada, tomando mi té en buena compañia, pensaba en lo efímero de las magnolias: mañana estas preciosas flores habrán perdido toda su belleza, estarán marchitas y ni yo ni las abejas vendremos a verlas ni aspirar su perfume. Y eso precisamente las hace más valiosas, más bellas, más únicas.
Cuando a menudo alguien comenta:»flores no, que se pasan enseguida», creo que se equivocan. El valor, el sentido, eso que hace únicas a las flores es precisamente su espíritu efímero y perecedero. Las flores son el sentimiento, la necesidad de vivir el momento, son como el reflejo de la vida, que debes disfrutar en el mismo instante, porque mañana ya nada será igual y esa es su mayor belleza, más allá de sus formas, de sus colores, la belleza de las flores está en su autenticidad, en que estan vivas, que sienten y respiran. Nada es capaz de reflejar tan bien un sentimiento como las flores. ¿Sabremos transmitir a los demás ese sentimiento? Difícil tarea en un mundo cada vez más materialista, pero no imposible. Quizás no a todos, pero sí a algunos.
Sé que mañana ya no estarán, pero yo sí recordaré esta magnifica mañana de verano rodeada del perfume de las magnolias.
Un abrazo
hermoso blog, natural y genial! gracias por compartir esas hermosas imagenes, lo valoro mucho! de mi parte, y mis colegas de la gran hermandad blanca enviamos un MUY FELIZ 2017 chicos!!