Las buganvillas , como las bicicletas son para el verano…  No hay nada que nos indique tan bien la llegada del verano como el florecer de las buganvillas, y así resistirán durante todo el largo verano: espléndidas, espectaculares, rebosantes de color, ..

Cuando llegamos a nuestras instalaciones, nos recibe una buganvilla salvaje, rebelde y autónoma. Allí donde está, no le llega ningún tipo de riego, un gran pino le da sombra casi todo el día, nadie se acuerda nunca de podarla, y mucho menos de abonarla, pero nuestra amable buganvilla nos obsequia año tras año, verano tras verano, con el espectáculo de sus brácteas rosado-rojizas saludando a todos al entrar. Sí, sí, he dicho sus brácteas de color rojizo, y no sus flores, porque las preciosas hojas de color no son los pétalos de la flor, sino sus brácteas, mientras que la flor está en medio, blanca y pequeñita, intentando pasar desapercibida, quizás abrumada por tanta profusión de color.

Un abrazo.