El pasado 15 de Enero se celebró el Dia del tulipán en Amsterdam, dando comienzo así, oficialmente, a la temporada de tulipanes. Todos habréis visto las preciosas fotos de la plaza Dam llena de tulipanes, todos perfectamente iguales,  miles de ellos para el deleite de todos aquellos que sean afortunados de estar allí ese día. No fue nuestro caso.  Pero también aquí podemos disfrutar de preciosos tulipanes cultivados en nuestro país, quizás no tantos millones, quizás no tan pluscuamperfectos, pero para mí más valiosos en su individualidad.  ¿Quereis verlos?

No son tantos, pero quizás por eso podemos permitirnos el lujo de conocerlos uno a uno, de verlos individualmente, de contemplar como crecen, como van apareciendo tímidamente sus capullos florales, como van tomando color y estirándose perezosos intentando parecer más altos,  como sus tallos flexibles se mecen al compás del viento, sus hojas carnosas intentando protegerlos del mal tiempo, apoyándose unos en otros, como queriendo compartir experiencias, como hermanos inseparables. 

Cultivar tulipanes no es demasiado complicado: cuando llegan los bulbos, hay que quitarles la «piel» que los recubre, plantarlos muy superficialmente, sin enterrarlos,y muy juntitos,  agua abundante sin encharcamientos, controlar algunas enfermedades como botritis, pytium, … , un abonado muy suave y poquita cosa más.   Al tulipán le gusta el frío, así que aquí en el Mediterráneo lo podemos cultivar durante un periodo no muy largo, en los meses que van de Noviembre a Febrero o Marzo, e incluso al final del cultivo le ponemos algo de sombra para que se estiren un poco más.

Es importante tener en cuenta que los tulipanes siguen creciendo después de recolectados. Es conveniente poner un poquito de alcohol en el agua, que hará que se mantengan más rectos y firmes,  y que nos duren más días en agua.

Un abrazo.